Benedicto XVI

Ante varias decenas de miles de personas que asistieron en la plaza de San Pedro del Vaticano a la audiencia pública de los miércoles, Benedicto XVI se refirió a la figura del santo italiano Alfonso María de Ligorio (1696-1787), doctor de la Iglesia, patrón de los confesores y moralistas.
El pontífice recordó que en tiempos del santo napolitano se difundió una interpretación muy rigurosa de la vida moral, impregnada de la mentalidad jansenista, “que en vez de alimentar la confianza y la esperanza en la misericordia de Dios, fomentaba el miedo y presentaba un Dios hosco y severo, muy lejano del revelado por Jesús”.
Alfonso María de Ligorio, en su obra Teología Moral, propuso -subrayó el obispo de Roma- una síntesis equilibrada y convincente ente las exigencia de la ley de Dios y la conciencia y la libertad del hombre.
Benedicto XVI agregó que el santo napolitano recomendaba a los confesores de ser fieles a la doctrina moral católica, pero que a la vez fueran caritativos, comprensivos y dulces, “para que el penitente pudiera sentirse acompañado, apoyado, animado en camino de fe y vida cristiana”.
“En nuestra época, en la que existen claras señales de pérdida de la conciencia moral y hay que reconocer con preocupación la falta de estima hacia el sacramento de la Confesión, las enseñanzas de san Alfonso tiene gran actualidad”, afirmó Benedicto XVI.
A la audiencia asistieron varios centenares de fieles de España, Chile, México y otros países latinoamericanos, a los que exhortó a seguir el ejemplo de Alfonso María de Ligorio para recorrer el camino de conversión y santidad.
También les animó, hablando en español, a pedir a Dios “que suscite en nuestro tiempo santos y doctores que sepan proponer a todos de una manera sencilla e incisiva el mensaje de Cristo y la belleza de su vida”.
EFE
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