Sarah Feliz, candidata al cetro de Miss Tierra.
“En la radio y en la tele hablo de deportes, sobre todo de béisbol, que me gusta mucho, pero también me dedico a ser modelo, fue mi primera carrera, y además estudio medicina”, explica a Efe esta polifacética belleza de 24 años.
A falta de siete meses para convertirse en doctora en medicina, Feliz hace un último esfuerzo por llegar entera a la gala final de Miss Tierra después de más de dos semanas en Filipinas.
“A lo que no me acostumbro de Filipinas es al horario porque son doce horas de diferencia con mi país. Por la noche estoy totalmente despierta, así que durante el día estoy medio dormida, pero, aparte de eso, todo bien”, comenta sin perder la sonrisa.
“Celebrando los bosques para la gente” es el lema de esta edición del concurso de Miss Tierra, creado por la empresa filipina Carousel para concienciar a la población mundial sobre la ecología y los efectos del cambio climático.
En los escasos momentos de descanso que ha tenido en Filipinas, la caribeña ha disfrutado de la belleza del país y de las bondades de su clima “muy parecido al de República Dominicana”.
Para ser candidata, a Feliz no le bastó con su rostro y su desparpajo en la pasarela, sino que tuvo que preparar un proyecto ecológico que incentiva la reforestación en colegios y empresas privadas.
“Les llevamos con nosotros a reforestar casi toda la sierra de mi país”, explica la modelo.
Además, ha emprendido en los últimos meses varias campañas para promover la segregación de las basuras e inculcar a los niños la importancia del reciclaje.
“En mi país no está implementado -subraya- y queremos hacerlo paso a paso”.
La edición de este año estaba programada en Tailandia, pero las inundaciones ocurridas en ese país obligaron a trasladar el certamen a Filipinas.
La ganadora se convertirá en la portavoz de la Fundación Miss Tierra, así como de otras organizaciones ecologistas, y recibirá joyas valoradas en 25,000 dólares.
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