Y se cree que es un metamensaje del mandatario a los peledeistas, tomando en cuenta que los tres precandidatos, con quien sostuvo reuniones el viernes en Palacio Nacional, son funcionarios de su Gobierno que han declarado que si el gobernante intentara optar por otro mandato ellos renunciarían a sus aspiraciones para las candidaturas del 2012.
El mandatario, a quien un grupo de funcionarios desean que se reelija en el cargo, para lo cual ha desplegado una intensa y millonaria campaña de publicidad, habría encontrado en el desliz de uno de sus allegados, que al parecer visitó en su nombre a José Tomas Pérez, Franklin Almeida Rancier y Francisco Javier García para decirle que el Ejecutivo le pedía renunciaran de sus aspiraciones.
El Listín Diario da cuenta que las reuniones se hicieron por separado en Palacio Nacional. Un cuarto candidato, Danilo Medina, no fue invitado a reunirse con el mandatario, muy probablemente porque, además, a éste no se le había solicitado que retirara sus aspiraciones presidenciales.
Las reuniones ocurren luego de versiones periodísticas puestas a circular indicando que la alta dirigencia del partido de gobierno se habría reunido con los ministros de la Presidencia, César Pina Toribio, y de Economía, Planificación y Desarrollo, Temístocles Montás, quienes estarían convocando a los tres aspirantes a una reunión para conminarlos a que renuncien a sus aspiraciones presidenciales.
En círculos políticos se analiza que las tres reuniones del mandatario constituyen un metamensaje a la militancia del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) de que deben activar en torno a las precandidaturas existentes, porque no estaría en sus planes una repostulación en el 2012.
Y es que para el mandatario intentar reelegirse en el 2012 tendría un riesgo muy alto desde el punto de vista político. El primero seria salvar el espinoso asunto constitucional cuyo texto le impide respostularse en el 2012, al margen de otras interpretaciones de juristas que insisten en que existe una brecha para que el mandatario busque uno nuevo periodo constitucional.
Pero en cualquiera de los dos casos, Fernández tendría elevado riesgo no sólo político, sino de credibilidad como estadista, tanto a nivel nacional como internacional, escenario este último donde ha cultivado admiración y respeto.
Para modificar el texto constitucional, Fernández requeriría de librar una dura batalla política en el seno de su partido y agenciarse los votos que le faltan para cambiar dicho texto en los legisladores del opositor Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Concretar una acción de esta naturaleza no estaría ajeno a las dudas de la idoneidad con que tal objetivo se conseguiría.
La otra posibilidad es que el mandatario asuma, como argumentan algunos juristas, que la Constitución que entro en vigencia este año, bajo el auspicio del propio Fernández, no le impide repostularse y trate de que tal supuesto sea avalado por el Tribunal Constitucional que el mismo deberá señalar en los próximos meses.
Analistas políticos sostienen que el mandatario tiene la suficiente inteligencia para darse cuenta de los riesgos que representan cualquier iniciativa orientada a buscar una repostulación, y eso sin dejar de pensar en los imprevisibles acontecimientos que produciría una aventura de esa naturaleza.
Pero esa aventura, ocurriría en un escenario económico muy complejo en Republica Dominicana, marcado por un déficit superior a los 64 mil millones de pesos, de acuerdo a los datos oficiales, solo en el presupuesto del 2010, una marcada deuda externa y dificultades en un entorno internacional con repercusiones locales.
El presidente Fernández estaría más conciente que los funcionarios que pujan su reelección que combinar un cambio constitucional para producir una reelección en un contexto económico en el cual el control de los acontecimientos sería exponerse a un riesgo de costo político muy elevado, estiman entendidos en asuntos económicos.
De ahí que las tres reuniones con José Tomas Pérez, Franklin Almeyda y Javier García sea el mensaje más preciso del presidente Leonel Fernández no sólo a ellos, sino a los peledeistas para que hagan filas en torno a unas de las precandidaturas que se barajan, incluida probablemente a la Primera Dama, dona Margarita Cedeño de Fernández.
Se pudo haber advertido como una señal de que el mandatario no buscará la reelección es lo profusa de la campaña de su esposa y Primera Dama a nivel nacional, de lo que podría extrapolarse que ella será la ficha con la cual el presidente de la Republica pretende mantenerse en el juego para influir en las definiciones de la candidatura en su partido.
