
Pero no era tan fácil como parece, algunos días había que despertarse temprano, prepararse algo de comer y llevar un poco de agua, para pasar el día completo en la jornada de pesca. Este es uno de los momentos que Duveryork “más añora de si infancia” y lo disfrutaba completamente aún sabiendo que tenía dos o tres correazos seguros, al regresar a la casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario