La salida del concierto fue frenética. Se requirieron aproximadamente dos horas para que el tráfico regresara a la normalidad.E.BARRERA
- Misión imposible
Tras el concierto de Lady Gaga, recoger un auto en un estacionamiento o tomar un taxi resultó más que complicado
ZAPOPAN, JALISCO (05/MAY/2011).- Al filo las 23:30 horas terminó el show que el pasado martes ofreció la neoyorquina Lady Gaga en el Estadio Tres de Marzo, después de una intensa lluvia que azotó a la mitad del concierto.
A pesar de que la artista hizo una pausa y luego continuó con su espectáculo bajo el agua, decenas de sus admiradores emprendieron la huida desde media hora antes que finalizará la velada.
La gente corría para salir del Estadio Tres de Marzo y refugiarse donde hubiera un techo para no seguirse mojando. Algunos fanáticos se aglutinaron debajo de la estructura de la gasolinera que está justo en la entrada principal de la Universidad Autónoma de Guadalajara o caminaban unos metros más para comprar un café en una cadena de mini súper. Otros atravesaban Avenida Patria para llegar hasta una franquicia estadounidense y, de igual manera, comprar un café que les calmara el frío que les provocó la lluvia.
El hambre también se apoderó de los asistentes y los restaurantes de la zona, sobre todo las taquerías, se llenaron. Algunos hombres prefirieron quitarse la camisa o la playera por aquello que de podrían “agarrar” un resfriado, mientras que otros optaron por comprar una playera o una sudadera que se ofertaba entre los 100 y 150 pesos.
Y llegaron los recuerdos
La lluvia fue una especie de salvación para los vendedores ambulantes. Al terminar el concierto pudieron recuperar lo que no vendieron en la tarde mientras el público entraba al inmueble de Avenida Patria, ya que la Dirección de Inspección y Reglamentos del Ayuntamiento zapopano vigiló que ningún puesto invadiera la banqueta. Con esto se evitó que el acceso al estadio fuera complicado por la falta de espacio para caminar o hacer fila.
El regreso para algunos fanáticos fue difícil, sobre todo para aquellos que vinieron al concierto desde otras ciudades del Estado, como Puerto Vallarta, Ciudad Guzmán o Arandas, y de otros puntos más lejanos como Monterrey.
Los taxis no querían pararse para levantar a quienes serían sus pasajeros porque estaban empapados, pero éstos no tenían otra opción más que esperar a que algún conductor se apiadara de ellos y los dejara subir a su auto. Los camiones no eran una opción, a la medianoche ya no estaban en servicio.
Pablo esperó 40 minutos a sus familiares para que lo recogieran unos metros antes de la entrada al Tres de Marzo, venían a vuelta de rueda desde Plaza Andares. Los agentes de tránsito utilizaron los altavoces para pedir a los conductores que no se detuvieran o estacionaran para esperar a sus amigos o familiares. Finalmente el flujo vehicular se normalizó en la zona después de la 01:30 horas del miércoles.
A pesar de que la artista hizo una pausa y luego continuó con su espectáculo bajo el agua, decenas de sus admiradores emprendieron la huida desde media hora antes que finalizará la velada.
La gente corría para salir del Estadio Tres de Marzo y refugiarse donde hubiera un techo para no seguirse mojando. Algunos fanáticos se aglutinaron debajo de la estructura de la gasolinera que está justo en la entrada principal de la Universidad Autónoma de Guadalajara o caminaban unos metros más para comprar un café en una cadena de mini súper. Otros atravesaban Avenida Patria para llegar hasta una franquicia estadounidense y, de igual manera, comprar un café que les calmara el frío que les provocó la lluvia.
El hambre también se apoderó de los asistentes y los restaurantes de la zona, sobre todo las taquerías, se llenaron. Algunos hombres prefirieron quitarse la camisa o la playera por aquello que de podrían “agarrar” un resfriado, mientras que otros optaron por comprar una playera o una sudadera que se ofertaba entre los 100 y 150 pesos.
Y llegaron los recuerdos
La lluvia fue una especie de salvación para los vendedores ambulantes. Al terminar el concierto pudieron recuperar lo que no vendieron en la tarde mientras el público entraba al inmueble de Avenida Patria, ya que la Dirección de Inspección y Reglamentos del Ayuntamiento zapopano vigiló que ningún puesto invadiera la banqueta. Con esto se evitó que el acceso al estadio fuera complicado por la falta de espacio para caminar o hacer fila.
El regreso para algunos fanáticos fue difícil, sobre todo para aquellos que vinieron al concierto desde otras ciudades del Estado, como Puerto Vallarta, Ciudad Guzmán o Arandas, y de otros puntos más lejanos como Monterrey.
Los taxis no querían pararse para levantar a quienes serían sus pasajeros porque estaban empapados, pero éstos no tenían otra opción más que esperar a que algún conductor se apiadara de ellos y los dejara subir a su auto. Los camiones no eran una opción, a la medianoche ya no estaban en servicio.
Pablo esperó 40 minutos a sus familiares para que lo recogieran unos metros antes de la entrada al Tres de Marzo, venían a vuelta de rueda desde Plaza Andares. Los agentes de tránsito utilizaron los altavoces para pedir a los conductores que no se detuvieran o estacionaran para esperar a sus amigos o familiares. Finalmente el flujo vehicular se normalizó en la zona después de la 01:30 horas del miércoles.
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