Gaspar Hernández, 11 de abril del 2011. El cuerpo sin vida del gasparense Luis Lebrón fueron sepultados en el cementerio de Gaspar Hernández por familiares y moradores de su comunidad, bajo un manto de misterio, ya que estos creían que aún vivía, porque su cuerpo no presentaba rigidez, sino que estaba blando. Los médicos del hospital Cabral & Báez entregaron a Luis a sus familiares ya muerto, tras estar hospitalizado por una extraña enfermedad y por padecer anorexia.
Cuando fue removido de la caja donde se encontraba, algunos familiares dijeron que todas las extremidades estaban flexibles y que al levantarlo su cabeza se iba hacia atrás, en resumen estaba completamente blando, y todos entendían que los muertos siempre están rígidos, cosa que llevó a algunos familiares y amigos a pensar y decidir enterrarlo tarde para ver si reaccionaba. Según informaciones murió alrededor de las 12 del día 10 de abril del 2011 y fue enterrado a las 5 de la tarde del 11 de abril del 2011.
Algunas personas que contactó la Perla, llegaron a decir que Luis mientras estuvo en la caja, supuestamente sudó y movía la barriga en un esfuerzo por respirar. También se divulgó que fue a visitarlo un curioso y que este dijo que había una botella enterrada detrás de una iglesia y que había que desenterrarla, porque esto era un mal o una brujería. Dario, quien fuera su padrastro, negó todas estas suposiciones, pero si afirmó que el cuerpo de su hijo estaba flexible, pero que este ya había fallecido, porque ya tenía mal olor.
En consulta sobre este caso con el Director del Hospital Manuel de Luna, Tito Florián, dijo que no necesariamente un cuerpo sin vida puede presentar rigidez. Dijo que supuestamente Luis tenía una infección en los nervios y esto es posible le aflojara el cuerpo y que a la hora de morir sus músculos no se relajaron y el lapso nervioso estaba ausente. También expresó que cuando él estaba hospitalizado le pusieron medicamentos para sus nervios y que cabe la posibilidad que sus músculos no llegaran a contraerse.
Además, se decía que el joven Luis Lebrón poseía un virus dentro de su organismo y que además él llevaba una dieta muy rígida que él mismo se la impuso. La dieta era tomar alcanfor con ajo para quemar grasas y así rebajar. Este dato lo confirmó su padrastro, diciendo que diariamente se tomaba un galón de agua de cinco botellas y bebía ese alcanfor con ajo. Tito Florian dijo que el Alcanfor es un tóxico que daña las neuronas del cerebro y puede producir mucho daño si se bebe en exceso.
En su entierro se encontraba más de un docena de personas grabándolo con celulares, cámaras digitales y de video, como también cámaras fotográficas.
laperladelacostanorte.com
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