La verdad prevalece en Acroarte
Acroarte (Asociación de Cronistas de Arte) es un gremio maduro, que en los últimos diez años ha reflejado un crecimiento inimaginable. Desde aquel 2001 en que Miguel A. Rivera obtuvo la presidencia, respaldado por el Movimiento Nueva Generación, inició un ciclo que aún no ha terminado en la entidad que cada año entrega los codiciados Premios Casandra, con el valioso respaldo --incondicional-- de Cervecería Nacional Dominicana.Hay quienes apuestan a la crisis en Acroarte. Incluso gente que ha manifestado un interés desmedido por volver a aspirar a la presidencia, aún cuando ya han agotado en dos ocasiones esa importante posición. Esos son los que se resisten a reconocer la institucionalidad de la que disfruta hoy día Acroarte y que en estos días se han resistido a elogiar el crecimiento de la entidad. Luego de Rivera, vino Feliz Vinicio Lora, posteriormente Fausto Polanco.
El turno le llegó a Marivell Contreras y regresó Feliz Vinicio Lora. Todos apostaron a la institucionalidad que ha mantenido firme a Acroarte, al trabajo serio, responsable y profesional. Siempre leales a jugarse el todo por el todo por el Premio Casandra, aún cuando en un momento una competencia de Cervecería Nacional Dominicana amagó con sacar un premio paralelo a los galardones creados en el 1985.
Con el apoyo de un ex presidente de Acroarte, los Dominican Urban Music Awards se quedaron en la garita. Salieron los nominados, se habló de una ceremonia a todo dar en el Palacio de los Deportes, y ese miembro de Acroarte apostaba a que “eso le hacía bien a los Premios Casandra”, que apostáramos a la competencia.
Los Duma hicieron historia sin haber escrito una sola línea, y sin haber premiado a un sólo artista dominicano. El Movimiento Nueva Generación ha seguido trabajando para dignificar no sólo al Casandra, sino a los miembros de Acroarte, donde todavía nosotros tenemos tareas pendientes, que impulsarán a la clase periodística.
mjimenez@elcaribe.com.do
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