Juan Radhamés de la Rosa dice es necesario campaña contra el consumo de alcohol, principal vector de la violencia intrafamiliar.
SANTO DOMINGO.-El alarmante aumento de los casos de femenicidio demuestra que la violencia contra las mujeres dominicanas es uno de los tantos problemas sociales que nuestro país ha pretendido resolver con leyes, que no se aplican, y programas focalizados de escasa cobertura.
Así lo manifestó el psicólogo Juan Radhamés de la Rosa, director de Casa Abierta. Critico que los programas para reducir la violencia intrafamiliar en su mayoría con anuncios y declaraciones de alarma y de exhortaciones vacías de acciones, con más interés mediático que sinceridad.
Los datos oficiales hablan de que en los primeros siete meses del año, 53 mujeres han sido asesinadas por sus compañeros o ex compañeros sentimentales, que en la mayoría el agresor termina suicidándose en el acto.
"De acuerdo con estudios realizados recientemente, nuestro país no solo es el que registra el mayor índice de mujeres asesinadas de la región del Caribe, sino que destaca en América Latina como uno de los que ha experimentado un mayor incremento, en línea contraria a lo que ha sucedió en el resto del mundo", sostuvo De la Rosa.
El director de Casa Abierta, una organización que trabaja el tema de violencia intrafamiliar, como parte de sus estrategias preventivas, dijo que a pesar de la promulgación de leyes y la ejecución de programas que buscan la protección de la mujer, por su pobreza en la implementación parecen no tener efecto, como lo demuestran las penosas y crecientes estadísticas de muertes.
Explicó que en este drama "hay un gran cadena de complicidades, muchas veces por negligencia de las personas más cercanas a las víctimas, pero también de las autoridades que prestan poca atención a las denuncias de mujeres amenazadas, o simplemente las medidas para enfrentar el problema descansan en la represión, que muchas veces anula la impunidad que fácilmente se consigue con dinero e influencia".
De la Rosa consideró que no basta con campañas de dos o tres días. "Se deben desarrollar estrategias preventivas sistemáticas de educación por la paz, para la resolución de conflictos de forma pacífica en las escuelas, comunidades y en todos los espacios de la sociedad", indicó el profesional de la Psicología".
Agrego que "es necesario empezar a tratar el consumo del alcohol, como un vector importante en este tipo de violencia y que este problema tenga espacios prioritarios en la agenda de los consejos de gobierno, para poder diseñar políticas públicas y de largo plaza, que empiecen por prevenir los casos urgentes, que como cualquier tema social no existen atajos".
Los datos oficiales hablan de que en los primeros siete meses del año, 53 mujeres han sido asesinadas por sus compañeros o ex compañeros sentimentales, que en la mayoría el agresor termina suicidándose en el acto.
"De acuerdo con estudios realizados recientemente, nuestro país no solo es el que registra el mayor índice de mujeres asesinadas de la región del Caribe, sino que destaca en América Latina como uno de los que ha experimentado un mayor incremento, en línea contraria a lo que ha sucedió en el resto del mundo", sostuvo De la Rosa.
El director de Casa Abierta, una organización que trabaja el tema de violencia intrafamiliar, como parte de sus estrategias preventivas, dijo que a pesar de la promulgación de leyes y la ejecución de programas que buscan la protección de la mujer, por su pobreza en la implementación parecen no tener efecto, como lo demuestran las penosas y crecientes estadísticas de muertes.
Explicó que en este drama "hay un gran cadena de complicidades, muchas veces por negligencia de las personas más cercanas a las víctimas, pero también de las autoridades que prestan poca atención a las denuncias de mujeres amenazadas, o simplemente las medidas para enfrentar el problema descansan en la represión, que muchas veces anula la impunidad que fácilmente se consigue con dinero e influencia".
De la Rosa consideró que no basta con campañas de dos o tres días. "Se deben desarrollar estrategias preventivas sistemáticas de educación por la paz, para la resolución de conflictos de forma pacífica en las escuelas, comunidades y en todos los espacios de la sociedad", indicó el profesional de la Psicología".
Agrego que "es necesario empezar a tratar el consumo del alcohol, como un vector importante en este tipo de violencia y que este problema tenga espacios prioritarios en la agenda de los consejos de gobierno, para poder diseñar políticas públicas y de largo plaza, que empiecen por prevenir los casos urgentes, que como cualquier tema social no existen atajos".
De Diario Libre
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